Reducir la intensidad energética, definida como la cantidad de energía utilizada para producir una unidad de producto, es una condición clave para lograr el desacople; esto es, crecimiento económico con reducción de emisiones. Usualmente, la intensidad energética está asociada a la eficiencia energética que, si bien es un factor determinante, no es el único. Por el contrario, dado que los sectores difieren en su nivel de intensidad, cambios en la estructura económica también generan efectos sobre el nivel agregado de intensidad energética. Este artículo aplica diferentes descomposiciones de la intensidad energética para explicar su evolución y nivel, separando el rol de la eficiencia energética del de la estructura económica. Los resultados obtenidos muestran que ambos componentes son claves para explicar los niveles y los cambios observados entre 2011 y 2017 en la intensidad energética para un conjunto de doce países de América Latina y el Caribe, en comparación con la OCDE.