El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son dos desafíos urgentes que el mundo debe enfrentar. La evidencia más reciente muestra sin ambigüedad que el clima del planeta está cambiando, que la diversidad biológica se está perdiendo a un ritmo acelerado y que ambos fenómenos suponen importantes amenazas para la vida humana. En la raíz de las crisis climática y ambiental se encuentra la acción humana. El progreso tecnológico, con el consiguiente crecimiento económico durante los últimos dos siglos, ha permitido mejorar considerablemente los estándares de vida de la población mundial. Sin embargo, también ha significado un consumo creciente de energía fósil, la transformación del suelo a gran escala y la sobreexplotación de los recursos naturales, resultados que han alterado el equilibrio ecológico del planeta. Este capítulo describe los principales canales de interconexión entre el cambio climático, la biodiversidad y la actividad humana. El capítulo comienza con un repaso breve de las bases físicas del cambio climático. Según estas, la variación global del clima se produce como consecuencia de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) procedentes, principalmente, de la quema de combustibles fósiles y de las actividades que alteran el uso del suelo. Una parte de estos gases es reabsorbida por los ecosistemas terrestres y marinos, como los bosques y los océanos, en su rol de sumideros naturales, mientras que el resto se acumula en la atmósfera, generando el calentamiento global. El calentamiento provoca cambios en el sistema climático que afectan a todo el planeta, con efectos locales que varían entre regiones y que impactan tanto en la actividad humana como en los ecosistemas y la biodiversidad.