Este capítulo examina la autonomía creciente de los gobiernos regionales en América Latina y el Caribe, resaltando que, aunque ha aumentado desde los años 80 y 90, aún está por debajo de los estándares de la OCDE en áreas como la recaudación de impuestos. Se destacan las diferencias en las atribuciones de los gobiernos locales, con países como Brasil, Chile, Colombia y Perú teniendo competencias más amplias que incluyen educación y salud primaria. Se analiza el impacto de la descentralización asimétrica, que puede fomentar el cierre de brechas y el aprendizaje entre jurisdicciones, aunque se advierte sobre el riesgo de deterioro de políticas públicas en lugares con capacidades gubernamentales limitadas. Colombia se destaca como un caso excepcional en la implementación de este tipo de descentralización en la región.