La transición energética en América Latina y el Caribe requiere que aumente la proporción del consumo eléctrico en el consumo total de energía y la generación de electricidad a partir de fuentes de bajas emisiones. Esta generación con fuentes limpias presenta tres grandes desafíos. El primero concierne a la operación del sistema eléctrico ante la intermitencia que caracteriza a la generación con fuentes renovables, como la energía eólica y solar, dado que funcionan solo cuando hay viento y sol, a diferencia de la térmica que lo hace de forma continua. El segundo desafío se relaciona con la inversión en capacidad de generación eléctrica. Esta transición requerirá una inversión elevada en plantas renovables y tecnologías complementarias. El tercer desafío atañe a la expansión necesaria de la infraestructura de transporte y distribución. Este capítulo inicia el análisis presentando una descripción de los sistemas eléctricos y su preparación para el ingreso de fuentes renovables. A continuación, profundiza en las adaptaciones que pueden requerir los sistemas y los mecanismos para incorporar fuentes renovables a la capacidad de generación. Dadas las perspectivas de electrificación de la demanda, el consumo de electricidad puede llegar a duplicarse respecto a los niveles actuales en los escenarios de descarbonización. Esto impone una carga sobre las redes de transmisión y distribución que, junto con las características específicas de la generación no convencional, en particular, su aleatoriedad, implica requerimientos de inversión. Este aspecto es analizado antes de presentar las posibles políticas públicas para la descarbonización mediante una incorporación mayor de las energías limpias.