Las personas jóvenes son uno de los grupos más significativos en los países iberoamericanos. En la actualidad, se estima que la región de América Latina y el Caribe alberga a aproximadamente 160 millones de personas jóvenes, cuyas edades oscilan entre los 15 y 29 años, representando así un 25% de la población total de la región. Como parte de esta región compleja y desigual, es un hecho que las juventudes iberoamericanas muchas veces enfrentan desafíos y ven limitadas las posibilidades de experimentar a plenitud sus derechos en el presente y futuro. Las personas jóvenes constituyen, asimismo, uno de los grupos clave para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, no sólo porque viven en primera persona y de forma específica las brechas que la agenda busca cerrar, sino también, porque en muchos casos, son quienes vienen impulsando con determinación la propia agenda, a través de su participación y la generación de escenarios y propuestas para el logro del Desarrollo Sostenible. La experiencia de los años recientes, y los retos que emergieron después de la pandemia del COVID-19, a partir de los esfuerzos hacia la recuperación, demandan de una mirada innovadora que facilite acciones integradas y el compromiso de los gobiernos y otros sectores (cooperación internacional, sector privado, la academia y la sociedad civil) para priorizar a la población joven y reconocer su liderazgo y contribución.