La encuesta de calidad de movilidad tiene el objetivo de evaluar las condiciones generales de la movilidad en las ciudades por modo de transporte. Para ello, han sido considerados dos campos complementarios de análisis. El primero analiza las condiciones objetivas de desplazamiento, como la calidad de las aceras y de los carriles vehiculares, la calidad de la señalización y la existencia de obstáculos ilegales en la circulación de los andenes. El segundo campo analiza los consumos de la movilidad (tiempo, espacio y energía) y las externalidades negativas asociadas a la movilidad – emisión de contaminantes locales y de CO2, emisión de ruido y accidentalidad vial. Esta segunda etapa – sobre el “metabolismo” de la movilidad – es esencial para permitir los análisis de equidad en el uso del espacio vial, en los consumos de recursos naturales y en la generación de externalidades negativas, según el modelo utilizado en el Observatorio de Movilidad Urbana de CAF (OMU) y lo detallado en el libro “Análisis de la movilidad urbana”, publicado por CAF.